martes, 2 de septiembre de 2008

Formentera


En cuanto llego a Madrid me entra sed, parece algo automático, es aterrizar y notar la garganta seca. Supongo que también será culpa del contraste, que hace que todo sea más notorio, más molesto. Ahora mismo estoy irritable, cansada y bastante deprimida, y por fin tengo una teoría que podría explicar los motivos: No sé hacer vacaciones. Es verdad, no sé hacer vacaciones, igual que no sé hacer siesta y por eso me levanto con un humor de perros.

Cuando me voy a echar la siesta, debería ir con la idea de descansar para un rato, pero en cambio me echo en la cama, bajo la persiana, me pongo el despertador, todo igual que si fuera a hibernar tres meses. Así pasa que el despertar al cabo de una hora o incluso dos, siempre es un momento inoportuno porque mi cabeza o mi cuerpo esperaban que fuera a durar otras siete horas más.

Pues con las vacaciones me pasa lo mismo, debería afrontarlas como un pequeño paréntesis en mi vida cotidiana, como un descanso de las obligaciones del día a día. Pero no, lo que yo hago es romper totalmente con mi vida y comenzar otra, cuando bajo del avión vuelvo a nacer y empiezo a ser otra persona desde cero. Y me pasa de una manera mucho más intensa cuando voy a Formentera, la isla lo pide, y me meto en su ritmo de cabeza y hasta los huesos, y en vez de un descanso, mis vacaciones se convierten en una huida en toda regla.

Eso es lo que pasa cuando vuelves, que realmente no estás volviendo porque sientes que estabas donde debías, y te han desterrado de la vida que deseas a la vida que tienes. Yo he sentido que me asomaba a mi sueño hecho realidad tan sólo para darme más cuenta de lo distinto que es lo que tengo de lo que quiero. Para muchos esto será el tópico de septiembre, que quieres la vida de las vacaciones, pero no es exactamente eso lo que yo quiero, porque no me pasa con ningún otro sitio excepto con Formentera. A mí no me importa trabajar, pero un trabajo que te permita vivir, con un ritmo que no sea dictatorial, con tiempo para estar, descubrir, probar, ser y no ser. Es cierto que te hace tener mil ideas locas de esas que todo el mundo dice: “planto un chiringuito en la playa y a vivir” y cosas por el estilo. Pero no, no es lo que se me pasa a mí por la cabeza. En cambio sí que pienso que es una suerte tener una idea más o menos clara de lo que quieres, o de lo que realmente te gusta: quiero la vida suave que hay en Formentera y me gustan las actividades creativas...

Lo malo de los cambios es que en realidad son elecciones, y una elección siempre va acompañada de alguna renuncia. Seguramente no nos cueste mucho trabajo elegir una vida tranquila y agradable, pero ¿y las cosas a las que renunciamos? Es duro dejar lo que conoces, sea bueno o malo, es lo que tienes y te da seguridad; es difícil dejar tu ambiente, alejarte de la familia, los amigos, y empezar de nuevo a los 40. Cuando eres joven empiezas de nuevo cada curso, una relación nueva cada año o una carrera, los cambios son constantes y los asumes como normales, estás acostumbrado. Pero cuando ya han pasado 10 años desde el último cambio la cosa es distinta, tienes miedo. Ahora creo que ha llegado el momento de dejar de tener miedo, te frena, no te deja progresar. ¿Miedo a qué, a equivocarte? ¿Acaso no es un error seguir en una vida que no te satisface? ¿Es agradable morir con la duda de lo que hubiera podido ser tu vida si te hubieras atrevido? ¿Miedo a tener que dar marcha atrás?

Dar marcha atrás es señal de que has ido hacia adelante en algún momento.

3 comentarios:

a dijo...

vivir es elegir, y elegir es renunciar, está claro...

reconocer una elección errónea, e intentar rectificarla, asumir la equivocación, me parece muy muy difícil...

hay que librarse del miedo a la hora de escoger una u otra alternativa... si es que eso es posible...

=)

Anónimo dijo...

No es facil tomar la decisión de dejar tu ambiente, alejarte de familia y amigos, etc., pero hasta qué punto estás satisfecha de esta vida que llevas ahora?

La respuesta la tienes tú. No dejes de desear aquello que piensas te haría feliz, más feliz.... No dejes de buscar los caminos que te pueden llevar a ese estado que deseas. ATREVETE.

Anónimo dijo...

Me voy a Formentera....este viernes. Me separo de mi hija por un mes hasta q busque acomodarla en el colegio de allí. ....meses antes soñaba con un cambio.....Roa en la India. ...soñaba. ...mis posibilidades económicas no me lo permitían y mi espíritu aventurero no alcanzaba a volar tan lejos.
Cuando de repente me brindaron un trabajo allí, aún no se por cuanto tiempo....en la administración. Presenté sin pensarlo la renuncia en mi empresa....harta de intentar q otros consuman sin parar a sabiendas de q no lo necesitan, harta de presiones, harta de llamadas a cualquier hora... dispuesta a vivir.
Sin embargo, hoy tuve miedo, un miedo que por unos años me ha tenido anclado en un trabajo que había empezado a odiar, un miedo que me ha impedido conectar con mis verdaderos deseos y un miedo que aún ahora, a pocos días de irme....quieres seguir jugándomela....Gracias por tu artículo, me ha hecho recordar que él no existe si yo no l permito.