martes, 20 de febrero de 2007

Año nuevo


Hace tiempo aprendí en el blog de un amigo que todo en esta vida es personalizable, incluidos los días festivos. Él contaba el año a partir de su nacimiento, y la verdad es que la idea me pareció muy interesante, tanto como para adoptarla.

El domingo fue mi día de Año Nuevo, empezó mi año número 38. Es un número bonito, sencillo, no parece mío, no parece mi edad.


A veces pienso que estoy viajando a través del tiempo pero hacia atrás; tengo muchas ganas de aprender cosas, de no parar de conocer y explorar. Hay días que me siento como una adolescente, llena de curiosidad y energía, y me apetecería hacer sin pensar. Pero no puedo, ya no tengo 15 años, no tengo todo el tiempo del mundo para perder o aprovechar, hay un trabajo que mantener, pagos que cumplir y no soy tan libre para este tipo de cosas.

O a lo mejor sí; quizá nos dejamos llevar por los prejuicios y nos auto limitamos simplemente porque los demás nos dicen que ya no tenemos edad para esto o lo otro. Y al final resulta que no haces las cosas, tan sólo porque has creído que no podrías hacerlas, y te has quedado sin probar.

Así que mi propósito de año nuevo va a ser conseguir vivir sin edad, aunque me parece que me va a costar más que lo del tabaco ;)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desgraciadamente, esta vida que nos ha tocado vivir está diseñada para que la pasemos básicamente trabajando y gastando dinero.

Pero por suerte, también tiene momentos alejados de su diseño original, y es por estos momentos por los que vale la pena vivirla. Nadie puede decirnos cuáles son esos momentos: tenemos que descubrirlos nosotros solos, porque para cada uno es una cosa distinta.

Haz cualquier cosa que te haga sentir bien, sin importar cuál sea la opinión generalizada. La única opinión que importa es una: la tuya.

:********

Sergio.