viernes, 14 de enero de 2005

Crónica de una muerte anunciada

Anunciada el pasado mes de abril, concertada el pasado domingo, temida desde julio de 1992, cuando nos conocimos. Porque estas cosas las sabes desde el principio, pero como parece tan lejano, bah... eso les pasa a los demás. Y te das sin control, y vives momentos mágicos, divertidísimos, tiernos. La factura viene siempre, es lo que tiene querer sin pensar, y te das cuenta de que esa factura es gordísima, no tienes tanto saldo y no hay quien te preste. Y encima no tienes un "Dios mío" al que acudir, porque también lo decidiste hace tanto tiempo que ya no puedes volverte atrás ¡Cachis! Empiezas a plantearte si realmente es tan bueno y envidiable el ser una persona apasionada, porque sí que amas intensamente, te diviertes intensamente, pero ¿y cuando sufres? Cuando sufres es un infierno, tambien muy intenso, lo más curioso es que no sólo es anímico, qué va, el sufrimiento es capaz de volverse dolor físico. Yo lo tengo en la mitad del pecho. Y aunque ahora no lo vea, sé que se pasará, ya ha ocurido, parece que sea cierto que el tiempo cura estas heridas.

Esperaré a poder volver a pensar en ella sin llorar, a contarle a mis amigos las cosas graciosas que se la ocurren, que es valiente con los truenos y cobardona con casi todo lo demás, que la gusta la leche como si fuera un gato, que se enfada si la llamas fea, que te pellizca si no la haces caso, y todas esas cosas que hacen sonreir sólo a aquellos que alguna vez han compartido su vida con alguien como ella.

Hasta siempre niña.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como le dice Tyrell a Roy Batty en Blade Runner: la luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo. En el caso de Mora, no sólo ha vivido y disfrutado de su vida con el doble de intensidad, sino que encima no ha vivido la mitad del tiempo :)

Así que creo deberías sentirte muy feliz de haber pasado esos momentos tan especiales y que tú tan bien has descrito, y simplemente aceptar su muerte como lo que es: algo inevitable para todos.

Te quiero.

Sergio.