jueves, 29 de junio de 2006

David Coverdale

Te conocí hace casi 20 años. Por aquel entonces, me quedé boquiabierta: esa melena leonada, esa agresividad, y la mirada tan tórrida... Para una adolescente eso era poco menos que un sueño. Me aprendí tu nombre, el de tu grupo, tus canciones y la historia de tu música. Se puede decir que era casi una experta. En aquella época estaba pelada de pasta y nunca pude comprarme tus discos, mi amigo Andrés me prestó tus vinilos y me los copié en una cinta. Madre mía, los chavales de ahora no deben ni saber cómo se copiaba en esos formatos.

Y pasó el tiempo, los amigos se fueron, el heavy cayó, y de aquella melena sólo quedaba ese recuerdo melancólico de tiempos más apasionados y locos. Y pensé que todo había quedado ahí.

Pero ya he aprendido que en la vida todos los círculos se cierran, y lo hacen a veces con broche de oro. Así que cuando vi que actuabas en Madrid casi me da algo. De hecho, ese algo que me dio fue miedo: ¿y si habías cambiado? ¿y si ya no cantabas? ¿y si estás calvo y regordete? ¿me seguirás poniendo los pelos de punta?


Pues sí, David Coverdale ha cambiado, pero para mejor. Es impresionante, canta como nunca, se come el escenario. Y cómo suena el grupo. El concierto del pasado 16 de junio fue algo inolvidable, emocionada de principio a fin, todo en su punto justo. Menos una cosa, el merchandising era un poco pobre, eso sí. Pero todo lo demás fue increible.

Así que mira, 20 años después te he visto de cerca, he cantado contigo, he gritado tu nombre. Tú no me conoces, no me viste ni me oíste, pero no me importa porque para mi fue especial. Me ha gustado verte y oirte.

Gracias por haber venido a Madrid, ahora sí que no te olvidaré.


No hay comentarios: