jueves, 25 de mayo de 2006

Ava Gardner

Por estas fechas he cumplido año y medio desde que dejé el tabaco.

Felicidades, Sonja.

En este mundo de fumadores, hay una ex que se atreve a felicitarse y a reconocerse una heroína, sin complejo y en voz alta.

Ya sé que cada vez hay más gente que ha dejado de fumar, las ventas han bajado y ha salido una ley sin precedentes para crear espacios limpios. Aún así, Madrid sigue siendo una ciudad de fumadores. En un grupo con 3 fumadores y 5 no fumadores, los 3 son siempre mayoría. Aún está mal visto que pidas, por muy educadamente que lo hagas, que no se fume en la misma habitación que tú, pareces una persona rancia, intransigente, excesivamente delicada.

Los fumadores aún tienen esa dignidad del que está haciendo algo elegante, cool, o llámalo como quieras, que no tienen otros adictos. Y no puedo evita que me llame poderosamente la atención. ¿Por qué un cocainómano o alcohólico no son interesantes? ¿Por qué a ellos se les mira con lástima, pese a que el consumo de su droga no involucra a nadie?

Me acuerdo a menudo de cuando vi por primera vez a Ava Gardner fumar. Caí, me dejé llevar por el embrujo de su misterio, pensé que si era capaz de sostener un cigarrillo como lo hacía ella, yo también podría ser la mujer más bella y glamourosa, con esa forma suya de dejar que el humo escapara de entre sus perfectos labios.

Pero por entonces yo tenía unos catorce años, y del tabaco sólo sabía que se fumaba. Punto. Aún no lo había probado, no me había enganchado y no había leído nada sobre él. Ahora que me he tomado la molestia de informarme y que me he esforzado por dejarlo, me gustaría que hubiera un poco más de respeto.

No soy intransigente cuando alguien fuma en mi despacho, lo que me pasa es que me ha costado mucho trabajo desintoxicarme, y no me apetece que alguien me vuelva a intoxicar, simplemente porque no puede esperar a que yo no esté, necesita su dosis.

No soy una persona incomprensiva. Yo entiendo a los fumadores, pero no tengo por qué padecerlos, al igual que mis amigos comprenden mis depresiones pero no tienen por qué soportar que me desahogue a puñetazos con ellos.


Yo he sido fumadora y mi adicción no me ha cegado jamás. Siempre he defendido mi derecho a vivir o matarme si me da la gana, pero nunca he sido desconsiderada o irrespetuosa con los que no tenían mi adicción, más bien al contrario, he admirado su capacidad de no caer en el vicio o de haberlo dejado.

Así que hoy me felicito porque, si bien no soy tan hermosa como Ava Gardner, sí he sido capaz de tomar una decisión difícil.

Enhorabuena, pelirroja.

4 comentarios:

Khalita dijo...

Yo también te doy la enhorabuena. Desde el convencimiento de que también tengo que dejarlo... aunque piense que ahora no es el mejor momento.

Mi marido hace ahora en este mes de mayo cinco años que dejó de fumar. De un día para otro, después de fumar dos cajetillas diarias, un día miro su cajetilla y decidió dejar de fumar mientras la tiraba a la papelera. Siempre me ha parecido toda una hazaña.

Yo sin embargo, nunca he llegado a fumarme un caja entera. Fumo poco, pero fumo desde que tenía 10 años y salvo algunas temporadas "sin" ahora hace un año más o menos que he vuelto a fumar. Paradójicamente fumo mucho más desde que hace unos meses operaron a mi hermana de un cáncer de mama de mal pronóstico... El ser humano es estúpido...

Aún así, siempre me he enorgullecido de respetar a los que están conmigo. Si alguien no fuma (incluido mi marido) yo procuro no fumar y no por ello me siento menos respetada. Creo que hay sitio para todos.

Enhorabuena de nuevo...

Anónimo dijo...

Claro que eres tan hermosa como Ava Gardner, y encima pelirroja.

Te quiero.


Sergio.

Anónimo dijo...

No te comento para darte la enhorabuena por haber dejado de fumar, que también,, sino para hablarte de tu pasado: fui a verlos y me dieron recuerdos para tí, Laura, de viva voz, y Mariano por teléfono. Siguen siendo encantadores.

Espero que te sirva un comentario más para animarte a actualizar, pese a lo tardísimo que llegas del trabajo.

Por cierto, aquella amiga que te presenté una vez ha terminado por montar la editorial. Anímate, hay sueños que, con el tiempo se consigue realizar. Ojalá le salga muy bien.

Salud.

Anónimo dijo...

,

(me he comido una coma en el comentario, y ahí va)